Constituye un alto riesgo concentrar aún más los fondos de pensiones en el Estado, incluyendo a empresas y obras públicas de rentabilidad incierta
Dos importantes factores convergen sobre la inversión de los fondos de pensiones de los trabajadores dominicanos: su rápido crecimiento, ya superior al 13% del PIB, y la necesidad oficial de mayores recursos para financiar algunos proyectos.
El anuncio de que el patrimonio de los trabajadores ya supera los 401,300.3 millones de pesos llama la atención en un país donde el presupuesto de los últimos años arroja un déficit superior al 2.3% del PIB, obligando al país a un endeudamiento progresivo.
Tanto dinero en medio de tanta estrechez constituye una tentación. Por eso cada vez son más frecuentes e insistentes las propuestas “salvadoras” de utilizar parte de esos fondos para “completar” obras de infraestructura y para empresas públicas.
Hace dos años se propuso la utilización compulsiva del 10% para capitalizar el BANDEX, como si se tratase de fondos públicos ociosos. La opinión pública sensata lo rechazó logrando abortar esa propuesta descabellada.
Ahora algunos proponen destinar parte de esos fondos para construir las plantas gemelas de carbón de Punta Catalina en Baní. Y otros 25,000 millones para obras de infraestructura vial del país.
Los ecologistas la objetan por el alto efecto contaminante de las plantas de carbón; algunos señalan la sobrevaloración de su costo; y otros dudan de su rentabilidad y sostenibilidad para garantizar una tasa de retorno real adecuada.
Recordemos que la licitación fue cuestionada por una empresa china que sometió una oferta más económica; también por su adjudicación a un costo mucho mayor a una firma acusada de corrupción en su país. Además, los bancos internacionales le retiraron su apoyo. Todo luce indicar que se trata de un proyecto de alto riesgo.
En múltiples ocasiones los seguros sociales hicieron un uso inapropiado de los fondos de pensiones. Trujillo compró terrenos, fincas y fábricas con los ahorros del IDSS. En México el Seguro Social fue propietario hasta de un equipo de futbol.
Dado que los fondos de pensiones son propiedad privada de más de tres millones de trabajadores dominicanos, el periódico El Nacional hizo una encuesta en donde el 93% consideró que se debe consultar a los trabajadores antes de usar esos fondos.
No poner todos los huevos en la misma canasta
Contrario a la previsión de la Ley, ya los fondos de pensiones casi están “en una sola canasta” debido a que el Banco Central tiene el 47.2% y el Ministerio de Hacienda otro 26.6%, situación que no es la más deseable dado el riesgo implícito, aunque se trate del Estado.
Una inversión en este tipo de proyecto no resulta aconsejable, no sólo por los cuestionamientos señalados y el retiro del financiamiento internacional, sino por su costo y el monto millonario que envolvería esta operación.
Pero, aun obviando estos cuestionamientos, una mayor inversión en el sector público concentraría aún más los fondos de pensiones en una sola canasta, lo que aumentaría considerablemente el riesgo. La norma inquebrantable es asegurar la mejor combinación entre seguridad, rentabilidad y sostenibilidad.
Los fondos de pensiones no tienen que ajustarse a ningún proyecto. Cualquier entidad que desee aprovechar las oportunidades de inversión, sólo tiene que cumplir con todos los requisitos que establece la Ley 87-01, y sus normas complementarias. ADS/157/13/10/2016