La eliminación del Contributivo Subsidiado elevaría el costo fiscal en 2,376 millones al año ya que muy pocos trabajadores podrán pagar el 100% del Plan de Salud Contributivo
Para afiliar a 1.5 millones de trabajadores independientes es necesario: 1) hacerlo en forma gradual (primero salud); 2) ofertar un plan de salud suficiente y de bajo costo; y 3) habilitar formas de pagos basadas en la experiencia popular.
La propuesta de SISALRIL cumple con la gradualidad, pero resultará muy costosa. 930 pesos per cápita, más copagos ilegales, están muy lejos de sus posibilidades y de sus expectativas. Y mucho más, si agregamos al cónyuge y a sus dependientes.
El Art. 31 reserva al SENASA a los afiliados al Régimen Contributivo Subsidiado. Para abaratar la afiliación, he propuesto un plan de salud agregando al costo del SENASA Subsidiado, el costo de ampliar el acceso a PSS privadas de costo medio.
Los cálculos de consultores de la OPS/OMS y los míos indican un costo per cápita del Subsidiado de 610 pesos mensuales, financiado así: 400 pesos por servicios prestados por la red pública, más 210 pesos en efectivo entregados al SENASA.
Contratando PSS privadas de costo medio, es posible ofertar tres planes a un costo total de 675, 700 y 750 pesos, dependiendo de la cantidad de clínicas privadas contratadas. Si la red pública carece del servicio el paciente asistiría a la PSS privada sin copago, pero si es él quien opta, pagaría una diferencia fija concertada.
El Plan de Salud de 675 pesos se financiaría como sigue: 500 como aporte gubernamental (400 en servicios prestados en la red pública, más 100 en dinero al SENASA). Los afiliados aportarían los otros 175 pesos per cápita mensual. El Plan de 700 reduce el aporte fiscal en dinero a 80 pesos y el de 750, lo elimina, para cumplir con el mandato de la Ley 87-01.
Mi propuesta no descarta la de SISALRIL ya que, a pesar de su alto costo, una parte de los profesionales y técnicos especializados con suficiente capacidad contributiva podrá optar libremente por comprarla.
Un costo mayor y sin solidaridad social
La solución de las autoridades le costaría 1,462 millones a los trabajadores, mientras mi propuesta lo reduciría a sólo 568.8, con una economía sustancial de 893.3 millones, haciéndola mucho más asequible, atractiva, viable y sostenible.
Resulta un contrasentido ofertar a los trabajadores más pobres el plan de salud más costoso, cuando de lo que se trata es de abaratar su afiliación mediante esquemas no convencionales.
Desde hace años existen grupos de presión más interesados en eliminar el Régimen Contributivo Subsidiado que en afiliar a estos trabajadores. Este prejuicio tendrá un enorme costo fiscal ya que más de 1.5 millones de personas se volcarían al Subsidiado, sin aportar nada aun teniendo cierta capacidad contributiva.
En vez de un subsidio de sólo 100 pesos, el Estado aportaría 201 pesos, con un costo adicional de 2,376 millones por año. En mi propuesta el costo fiscal en dinero apenas equivaldría al 18%, reservando el resto para elevar la calidad de la red pública, en beneficio de todos los pacientes, tanto subsidiados como contributivos subsidiados.
Para simplificar el pago de los TI recomiendo utilizar los puntos de pago como farmacias, colmados y centros comerciales, aprovechando la experiencia popular en el pago eléctrico, telefónico, de cables y de celulares.
Para completar, recomiendo elevar la calidad y oportunidad de la atención pública iniciando las reformas pendientes: 1) asignar los recursos según la demanda de la población; 2) extender los horarios de servicios especializados; 3) facturar a las ARS por servicios a sus afiliados; y 4) incentivar al personal por dedicación y desempeño.
Disponer que los trabajadores por cuenta propia se afilien al contributivo cubriendo la totalidad del costo, violenta los principios de equidad y solidaridad social, ya que serían los únicos dominicanos sin protección social, con un tratamiento oficial exactamente igual que antes de la Ley 87-01. ADS/162/17/11/2016