Si es justo y necesario extender el horario administrativo de Salud Pública, con mayor razón lo es para los hospitales y centros públicos, a donde acuden las familias más pobres y vulnerables
La buena noticia de esta semana es la decisión del Ministro de Salud Pública de extender, hasta las cuatro de la tarde, el horario oficial de las dependencias de ese ministerio. Desde luego, han llovido las críticas de parte de quienes se han beneficiado, durante largas décadas, de un horario que restringe el acceso de las familias pobres a la atención médica especializada.
Durante la “era de Trujillo” el “jefe” mantuvo un horario de 7:30AM a 1:30PM para las oficinas y dependencias oficiales. En el 1978, esta práctica fue modificada por una de las primeras medidas positivas tomadas por el presidente Antonio Guzmán Fernández, al extenderla hasta las 2:30PM.
Otro paso importante en esa dirección, lo dio el presidente Danilo Medina al extender la tanda del sistema público de educación. Aún con las limitaciones que se han señalado, esta medida constituye un paso absolutamente necesario para elevar la calidad de la enseñanza y mejorar los ingresos del personal docente.
En ningún país de América Latina existe una jornada tan recortada para la prestación de los servicios públicos esenciales. En sentido general, en Latinoamérica no existen diferencias en el horario laboral del sector público y del privado.
Es justo reconocer que aquí, la mayoría de las instituciones autónomas y descentralizadas han ampliado sus horarios de servicio, donde los contribuyentes pueden acudir en horarios más convenientes. Pero, como todo en Quisqueya, todavía persisten muchas desigualdades.
Desde hace décadas he criticado estas limitaciones sin sentido, por considerarlas una expresión del poco interés oficial de que los dominicanos reciban una atención oportuna y de calidad.
Extender la atención especializada para reducir la mortalidad
En el campo de la salud, esta restricción es particularmente crítica, tratándose de un servicio vital e impredecible. Desde luego, la extensión de la jornada pública laboral implicará, al menos en la mayoría de los casos, un reajuste de los sueldos y salarios.
Existen cinco razones para extender la atención médica especializada en los hospitales y centros públicos de salud: 1) porque la demanda médica se produce en cualquier momento; 2) para reducir la mortalidad materno-infantil; 3) para evitar el hacinamiento matutino de los hospitales; 4) para reducir la demanda de emergencias innecesarias; y 5) para competir en mejores condiciones con el sector privado.
El paso dado por el ministro, Dr. Rafael Sánchez Córdova, de ampliar el horario regular de trabajo, debe ser emulado a la brevedad por el Servicio Nacional de Salud (SNS), atendiendo a que la atención médica constituye un servicio vital, de primera necesidad, íntimamente vinculada a la propia existencia.
Dado que es necesario ampliar el horario de los servicios administrativos en Salud Pública, con mucho mayor razón, hay que hacer lo propio en los hospitales y centros de salud, a los cuales acude más de la mitad de la población del país.
Si bien es cierto que existen resistencias de gremios poderosos, no es menos cierto que carece de sentido común y de racionalidad, que luego de inversiones multimillonarias para mejorar la infraestructura sanitaria, se le mantenga subutilizada, en perjuicio de la mayoría.
A todas luces, este es la mejor coyuntura para avanzar en esa dirección, no sólo para llenar las expectativas de las familias más pobres y vulnerables sino, además, porque el presidente Medina ha invitado a la clase media a acudir y utilizar dichas instalaciones.
ADS/248/01/08/2018