El alto riesgo de los pacientes, al depender de la atención de médicos en aprendizaje, sin la debida supervisión de los especialistas de experiencia, explica las altas tasas de mortalidad general y materno infantil
Tres médicos especialistas de reconocida capacidad y dilatada trayectoria comentaron mi mensaje Por un cambio real en la Salud Pública, y aportaron información muy valiosa, las cuales vale la pena compartir y comentar. Todos reconocen la baja calidad e insatisfacción de las familias que acuden a los hospitales y centros públicos de salud.
Según el cirujano pediatra, parte de “la problemática de la salud pública reside en que la atención recae en los médicos especialistas recién graduados, como parte de su aprendizaje, sin la debida supervisión de los especialistas de mayor experiencia”.
Mi amigo concluye que “la formación de los nuevos especialistas es muy deficiente, generando un círculo vicioso, porque la labor del docente no es bien remunerada ni reconocida por sus propios alumnos, alejando el trabajo en equipo”.
Obviamente, esta situación revela el alto riesgo y el desamparo de los pacientes, al depender de un personal en aprendizaje, sin la debida supervisión de los especialistas de experiencia, lo cual explica las altas tasas de mortalidad general y materno infantil de nuestro país.
Un amigo cirujano general coincide al señalar que “no existe una política de formación de recursos humanos en salud, y desde hace más de 15 años se están formando médicos y especialistas con grandes deficiencias académicas, sin un plan estratégico para la solución de la problemática de salud”.
Recalca el daño de la estrategia de “inundar de especialistas para disminuir los costos de su contratación y que las ARS ganen más. Se trata de un grave error, porque una mala atención médica, provoca complicaciones que resultan muy costosas en morbilidad y mortalidad”.
Privilegiar la calidad a la cantidad de nuevos médicos
En honor a la verdad, desde hace décadas, mucho antes de las ARS, todas las consultorías han aconsejado una política de formación de los recursos humanos, que privilegie la calidad sobre la cantidad, en correspondencia con un modelo de atención centrado en la promoción y la prevención.
Más que las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS), ha sido el CMD el mayor propulsor de una formación “masiva”, como parte de un populismo gremial que, además, demanda su contratación “automática”, elevando el personal supernumerario, el ausentismo, la baja productividad y el alto costo de la nómina.
Por su parte, una veterana neumóloga, me señaló que, a pesar de que hace unos 8 años el Ministerio de Salud Pública (MSP) habilitó a todos los hospitales para atender a los pacientes de la Seguridad Social y cobrar por sus servicios, “actualmente la mayoría de las ARS no afilian a los hospitales”.
Lo cierto es que, en más de una ocasión el MSP ha desnaturalizado la habilitación al hacerla masiva e indiscriminada, pasando por alto las grandes deficiencias y carencias denunciadas por el propio personal, por la opinión pública y por el Colegio Médico Dominicano (CMD). Igual política frente a los centros privados.
Una habilitación provisional implica identificar las deficiencias que deben ser corregidas a la brevedad, para poder recibir la habilitación definitiva. Ese requerimiento nunca se ha hecho, porque se trata de resoluciones políticas coyunturales, tal y como ocurrió en el 2013 para el inicio del Régimen Subsidiado y nuevamente una década después.
La Fundación Seguridad Social para todos (FSSPT) agradece los comentarios e informaciones de esos tres médicos especialistas de larga data, y los invita a reflexionar, junto a los demás lectores, sobre estos problemas y la mejor forma de resolverlos. ADS/363/19/11/2020