La prescripción de medicamentos “milagrosos” por parte de familiares y amigos, aumenta el riesgo de muerte. Para enfrentar el COVID19 es necesario seguir los consejos de los médicos calificados
El COVID 19 le está pasando factura a todo el mundo, aunque con un impacto destructivo diferente de acuerdo a la reacción de sus gobernantes, y a la capacidad de respuesta de sus respectivos sistemas sanitarios. El saldo actual son casi 10 millones de infectados, 500,000 muertes, la pérdida de miles de millones de empleos, y una recesión económica en marcha.
En general, la resistencia y el combate ha sido más exitoso en los países donde predomina la medicina pública sobre la privada. La razón es muy sencilla, la pandemia ataca con mayor severidad y frecuencia a las familias más pobres y vulnerables. El costo de la atención es muy elevado porque todavía no se dispone de vacunas, ni de medicamentos apropiados, por lo que el tratamiento resulta muy poco apetecido por los centros sanitarios animados por el lucro.
No es extraño que el epicentro del COVID19 hayan sido los Estados Unidos, un país con un presidente empeñado en reelegirse, más interesado en reactivar la economía que en proteger a su población, lo que explica, la subestimación del riesgo, y los continuos esfuerzos por culpar a otras naciones de su propia incapacidad, y el rebrote actual.
Ante el crecimiento sostenido de la contaminación y de las muertes, las cuales ya superan los 2.4 millones y 122,000 muertes, Trump no sólo no escucha los consejos de los expertos sino, además, desafía a los médicos más reputados, recomendando la toma de medicinas no autorizadas para combatir la pandemia.
Trump promovió en varias ocasiones el uso de la hidroxicloroquina y afirmó que la estaba tomando para prevenir el contagio del coronavirus, pasando por alto las sugerencias de expertos en salud que advierten que ese medicamento podía provocar arritmia y hasta un paro cardíaco fulminante.
Ante la gran confusión en el mundo y desconcierto entre los más calificados científicos de su país, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), se vio obligada a señalar que el uso no es efectivo contra el covid-19, porque “los riesgos son más altos que los eventuales beneficios”.
Es necesario insistir en evitar la auto prescripción y/o la medicación de familiares y relacionados, quienes aseguran categóricamente conocer la cura contra el coronavirus. La desesperación suele ser una mal consejera. Tengo amigos que me ha recomendado comprar Ivermectina, asegurando que elimina el coronavirus, es barata y se fabrica en el país.
Cambios de ministros por diferencias estratégicas y/o por mal desempeño
Que se sepa, actualmente 10 grandes laboratorios se empeñan en producir una vacuna contra el COVI19: cuatro de China, tres de USA y uno de Alemania, de Inglaterra y de Rusia. Es una competencia económica y política. China y Rusia anunciaron que la vacuna estará disponible para toda la humanidad, mientras en los demás, predomina el ánimo de lucro.
Como señaló la periodista Tania Molina de Diario Libre, la irrupción del COVID19 ha estremecido los sistemas sanitarios de muchos países, provocando gran movilidad al más alto nivel de dirección. En unos casos, debido a diferencias estratégicas con sus presidentes, y en otros, por un manejo errático y un bajo desempeño ante la crisis.
El ejemplo más crítico es el de Brasil, donde su presidente nombró a tres ministros en menos de 35 días. Guatemala removió a su ministro de salud, también en Chile, debido al crecimiento alarmante de los casos. En Bolivia, Perú y Ecuador se han producido cancelaciones o renuncias de funcionarios de salud.
En nuestro país ya se removió a un viceministro de Salud, al director de Salud de la provincia Duarte, así como a la directora de Epidemiología. No obstante, durante la última semana se han multiplicado los casos, ante el relajamiento de la vigilancia de las autoridades, en lo que muchos asocian al interés de reducir la afluencia a las elecciones generales del próximo 5 de julio. ADS/342/25/06/2020