Los problemas del sistema de capitalización individual son operativos, no son estructurales, ni generan privilegios, déficits actuariales y financieros, como en reparto
En los dos mensajes anteriores presentamos evidencias concretas, con informaciones reales y al alcance de todos, sobre las distorsiones y desequilibrios que generan las pensiones privilegiadas del sistema de reparto del país. Y señalamos que las mismas son el resultado de déficits actuariales intrínsecos, agudizados por decisiones discrecionales, el abuso de poder y las debilidades institucionales.
¿Quiere esto decir que el sistema de capitalización individual es perfecto y que está exento de problemas? De ninguna manera. En el mundo actual no existe un sistema de pensiones perfecto, y el de capitalización individual no constituye la excepción. Pero, sus problemas son operativos, no estructurales ni actuariales, como en reparto.
Para ilustrar el déficit actuarial del reparto, tomamos el caso de un funcionario con salario de 350,000, que cotizando el 10% durante 25 años aportaría 10.5 millones, llegando a 28.0 millones, asumiendo una buena inversión. Al pensionarse con 300,000, y vivir sólo 20 años, recibiría 78 millones, arrojando un déficit de 50 millones. Multipliquen estos resultados por decenas de miles de casos, para que tengan una idea de cuánto le cuesta este déficit a los contribuyentes.
¿Qué pasaría si fuese capitalización individual? Con esos aportes y rentabilidad la pensión sólo llegaría a unos 100,000 pesos mensuales. Esa es la realidad. ¿Qué no es suficiente? Cierto, eso confirma lo que he señalado desde hace años, el imperativo de elevar el porcentaje del aporte, en forma gradual, hasta llegar a un mínimo del 12% para el fondo de pensión. He explicado que el aporte inicial a pensiones era del 12%, y tuvimos que reducirlo al 10%.
Problemas operativos que tienen solución
¿Qué aun así las AFP ganarían mucho dinero? También es cierto, y por eso hay que reducirlo. En todos mis escritos he señalado la urgente necesidad de reducir las comisiones de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP). Les recuerdo que al proyecto de Ley le eliminaron un párrafo que establecía la revisión de las comisiones a partir del sexto año.
¿Qué aun así, la pensión sólo llegaría a 200,000? También es cierto. Sólo en los casos de reparto, y para la minoría que reparte y reparte, se entregan pensiones tan altas y privilegiadas, sin hacer mayores sacrificios. La inmensa mayoría de los sistemas del mundo presuponen un complemento, mediante el ahorro y/o aportes complementarios para elevar el fondo de retiro, opción que establece la Ley 87-01.
Pero también es cierto que en el sistema de capitalización individual: 1) no hay posibilidad de diferencias tan abismales, ya que existe un límite superior; 2) es imposible abultar la pensión con un salario elevado durante los últimos años; 3) no existe ningún estímulo a la evasión y elusión; y 4) las reglas de juego, buenas o malas, son iguales para todos.
Además, 5) nadie puede legislar exclusivamente para su propio beneficio; 6) como todos reciben según su aporte, nadie tendría que pagar con sus impuestos los lujos y excesos de otros; 7) en los casos en que el Estado tenga que mejorar las pensiones, la medida sería igual para todos; y 8) que en ningún momento se compromete el ingreso de las futuras generaciones, cargándole un desequilibrio actuarial del cual no son responsables.
En pocas palabras, la capitalización individual excluye todo tipo de privilegio, manipulación y discrecionalidad, y fomenta una sociedad más responsable de las consecuencias de sus propios actos y decisiones. Si ya estamos enajenando el futuro de nuestros hijos y nietos con un endeudamiento galopante, imagínense cuál sería la situación, si en adición, le agregamos la carga de una supuesta solidaridad generacional.
ADS/188/25/05/2017