Las ARS son al Seguro Familiar de Salud, lo que los partidos políticos a la democracia. Constituyen el contrapeso necesario ante el poder de las PSS, y equivalen a los abogados a los que, por ley, tienen derecho los acusados en los tribunales
Nuevamente, algunos médicos están argumentando que las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS) son intermediarias, por lo que deben desaparecer. A pesar de estas críticas, las ARS han hecho muy poco por edificar a la opinión pública sobre su rol y por mejorar su desempeño ante las críticas de los afiliados.
Si las ARS deben desaparecer porque son intermediarias ¿por qué sólo piden suprimir a las ARS privadas? ¿Y por qué los médicos aceptan con tanta complacencia a los visitadores a médicos, intermediarios promotores de los grandes laboratorios? Porque de éstos últimos reciben compensaciones y gratificaciones por prescribir medicamentos más caros.
Las ARS se crearon para, en representación de millones de afiliados, contratar a las Proveedoras de Servicios de Salud (PSS) con tarifas más razonables y sostenibles. La contratación por volumen reduce las tarifas en relación a lo que las PSS les cobran a los pacientes sin seguro. Es lo que permite al tour operador ofertar tarifas de grupos más atractivas que cuando un turista lo compra individualmente. Como dice la gente “por docenas sale más barato”.
Las ARS no son simples intermediarias ya que, además de esta función negociadora: 1) deben organizar y articular a las PSS por niveles de atención para optimizar los servicios y recursos disponibles; 2) identificar y monitorear los factores de riesgos que afectan el costo, la calidad y oportunidad de la atención, y 3) detectar los excesos y fraudes de las PSS, para preservar la sostenibilidad financiera del Plan Básico de Salud (PBS).
Pero, además, en términos prácticos ¿quién le pagaría a las PSS?, ¿quién negociaría con ellas las tarifas?, ¿quién evitaría la sobre facturación, los abusos, excesos y fraudes? ¿Cuáles serían las oportunidades de un afiliado aislado, sin conocimiento médico, reclamando sus derechos a una PSS? La importancia de estas funciones resulta más que obvia y lo que tenemos es que demandar que se cumplan.
Hay que estar claro que estas funciones reducen la asimetría en la relación médico-paciente, y que limitan la libertad de los médicos para prescribir, sin control ni protocolos, los servicios que él mismo vende y/o que recibe una compensación, tanto de los laboratorios, como de las grandes corporaciones farmacéuticas. Y eso les molesta.
Si las ARS desaparecieran, millones de afiliados dispersos, desinformados y desorientados, quedarían sin representación contractual, despejándole el camino a las PSS para cobrar tarifas más altas, sin entregar facturas, y sin pagar impuestos, por lo que el costo de los servicios crecería más rápidamente, sin que ello mejore la calidad de la atención, ni la salud de la gente.
Al aumentar el costo, el cuidado de la salud se tornaría más excluyente, estratificado y unilateral, alejando la posibilidad de alcanzar una seguridad social para todos. Así de simple. Dado que es imposible que el sistema funcione sin este contrapeso, volveríamos a otro IDSS politizado, todopoderoso, burocrático, ineficiente y manipulable por los gremios y sindicatos.
Pero el lucro desmedido desnaturaliza su función social
Claro que muchas ARS desnaturalizan su rol y utilizan su influencia sólo con fines lucrativos, donde el afiliado es sólo un número. Llueven las denuncias y quejas de los afiliados sobre servicios denegados y mal trato. Muchos médicos aprovechan la falta de información de los afiliados para culpar de todo a la ARS, en muchos casos, con toda la razón. También tenemos ARS ejemplares y responsables.
En un país con instituciones tan débiles, muchos representantes actúan en contra de sus representados, sin penalidad. Las ARS son al SFS lo que los partidos políticos a la democracia: a pesar de la insatisfacción general por su mal desempeño y falsedad, nadie plantea su desaparición, ya que las consecuencias serían peores.
Cierto que el lucro desmedido desnaturaliza la función social que la Ley 87-01 le asigna a las ARS. Para evitar estos riesgos, excesos y distorsiones, la Ley creó al CNSS, a la SISALRIL y a la DIDA. La mayor responsabilidad de esas distorsiones recae en esas instituciones que son las llamadas a regular, supervisar y sancionar. Y también en nuestros representantes ante el CNSS. ADS/387/20/05/2021