Un 2018 con resultados grisáceos

 Lamentablemente, los avances alcanzados quedaron eclipsados por la persistencia y agudización de los viejos problemas, la falta de voluntad política y la reducción de los recursos disponibles

 En este año, como en los anteriores, el balance presenta resultados grisáceos, con una tendencia a la agudización de los problemas, debido a la falta de voluntad para enfrentarlos, y a una asignación de recursos, que no se corresponde con la necesidad social, ni mucho menos, con el nivel del crecimiento económico del país.

En el área previsional, los fondos para el retiro siguen creciendo, pero los cotizantes activos no llegan al 50%, y la comisión de las AFPs continúan elevadas. En el año, hubo un gran debate sobre los factores que determinan las bajísimas pensiones proyectadas por los diferentes estudios, tanto de expertos nacionales como internacionales.

Hay que reconocer la sensibilidad de los medios de comunicación social al hacerse eco de esos estudios e informes, así como la apertura del Senado de la República, al convocar a las instituciones involucradas para discutir las posibles reformas a los sistemas de pensiones vigentes en el país.

Se trata de un tema muy complejo, sobre el cual penden tantos intereses, prejuicios y derechos adquiridos, que sólo es posible avanzar mediante el intercambio de los cálculos y proyecciones del costo previsional, de los déficits crónicos y de los posibles subsidios gubernamentales. En este sentido, el 2019 promete avances en la toma de consciencia sobre el impacto de la longevidad, los retos y las reformas posibles.

Reducción inexplicable del gasto público en Salud

En el área de la salud, como siempre, los resultados no llenaron las expectativas de la población. Finalmente, el Gobierno entregó la mayoría de los hospitales del país remodelados y reequipados, luego de más de cuatro años de retrasos que redujeron la capacidad de servicios a la población más pobre, y limitaron el desempeño del personal de salud.

En adición, la SISALRIL presentó una propuesta al CNSS para implementar el primer nivel de atención, con un fuerte componente de atención primaria, como dispone la Ley 87-01. Aunque la misma ha generado una fuerte reacción dentro de los especialistas privados, agrupados en el CMD y en ANDECLIP, la misma ha recibido un gran apoyo de la opinión pública, del público en general y de importantes organismos internacionales.

A pesar de estos avances, la asignación presupuestaria al sector salud, y en especial, al capítulo de atención a la salud de las personas, no sólo fue insuficiente sino, además, reducida. Esta tendencia a la baja, se acentúa en el presupuesto aprobado para el 2019, a pesar de los reclamos de la población, de la opinión pública, y a despecho del crecimiento de la economía, y del propio presupuesto nacional.

El análisis del colega José Rijo, confirma estos dos factores negativos y altamente preocupantes: 1) una ejecución presupuestaria del 80% del monto asignado, ya insuficiente de por sí; y 2) una menor asignación en el presupuesto del 2019.

Esta política, por sí sola, explica las precariedades por las que atravesó el sistema público de salud, la persistencia de una vergonzante elevada mortalidad materna e infantil, así como las quejas de la población, reflejadas en las principales encuestas publicadas.

Pero, además, lamentablemente fundamentan los pronósticos sombríos para el nuevo año, especialmente tomando en cuenta, una mayor demanda de servicios médicos a nivel nacional, inducida por la remodelación y el reequipamiento de la gran mayoría de los hospitales y de los centros públicos de salud.

Esta mezquindad presupuestaria no guarda relación con el entusiasmo del Presidente Danilo Medina quién, al reinaugurar varios de los hospitales, ha resaltado la calidad de sus instalaciones, colocándolas por encima de la oferta privada, y llamando a la clase media a acudir a dichos centros de salud.

Dado que, en este mundo cada vez más mercantilizado, la calidad y el nivel del desempeño de los servicios de salud, dependen de la magnitud de los recursos disponibles, el 2019 se perfila como otro año lleno de precariedades sanitarias y de reclamos de las organizaciones comprometidas con una mejor salud para todos.

Aprovecho la ocasión para desearles, a todos los dominicanos, un 2019 con mayores oportunidades de prosperidad y de seguridad social para todos. ADS/268/20/12/2018

 

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