Si bien la mujer ha logrado avances importantes, todavía le falta un largo trecho por recorrer para asegurar la participación que le corresponde, de acuerdo a su esfuerzo, dedicación y liderazgo
AVANCES. Durante el último medio siglo las mujeres han reducido la brecha respecto a los derechos y oportunidades de los hombres, como el resultado de una larga lucha de mujeres visionarias, como Magaly Pinera y muchas más, que son ejemplos de persistencia, dedicación y liderazgo.
La mujer es la principal beneficiaria del Seguro Familiar de Salud. Demanda un 75% más de servicios que los hombres, lleva los hijos al médico y obliga al marido a chequearse. Representa el 45.2% de los titulares y el 51.4% de los dependientes. Pero en pensiones su participación aún es insuficiente.
Según la Tesorería de la Seguridad Social (TSS), el salario promedio de las afiliadas supera en un 4% al declarado por los afiliados, información que contrasta con los demás informes de que, como norma general, su remuneración resulta inferior al de los hombres, para igual ocupación.
La mujer dominicana, sin abandonar su papel de madre, lidera el 38% de los hogares y representa la mayor matrícula en las universidades, donde obtiene altas calificaciones. Ocupa las mayores plazas de trabajo en el turismo y las zonas francas, así como también en la educación y en la salud y dirige cerca del 60% de las micro empresas del sector informal.
ESTANCAMIENTOS. Pero las mujeres enfrentan muchas barreras que limitan su bienestar. Todavía son utilizadas como un objeto sexual publicitario; persiste una alarmante tasa de mortalidad debido a las deficiencias del sistema de salud, y su protección social está limitada por el retraso en la afiliación de los trabajadores por cuenta propia.
Otro lastre es la negación de su derecho al aborto terapéutico cuando su vida peligra, en los casos de violación y mal formación del feto. A pesar de que un 16% de las muertes maternas están vinculadas a los abortos inseguros, continúan siendo víctimas del atraso y de los prejuicios religiosos.
A despecho de las leyes existentes, su participación es muy limitada en el Congreso Nacional, en las altas cortes, en el gabinete del Poder Ejecutivo, y desde luego, en la cúpula de los partidos políticos. Igual postración existe en el sector privado y casi total en el mundo religioso.
RETROCESOS. La violencia de género se ha incrementado en el país. El año pasado, una encuesta en seis países de América Latina reveló que entre el 60% y el 76% de las mujeres (cerca de 2 de cada 3) ha sido víctima de violencia sexual en distintos ámbitos de su vida.
El COVID 19 ha castigado más a la mujer, cuyo contagio duplica la frecuencia masculina, mientras la desocupación que ha desencadenado la pandemia supera en un 60% la de los hombres, debido a que el empleo de las mujeres depende mucho del sector informal de la economía.
En el índice de paridad de sexo del 2019, la República Dominicana ocupó el lugar 74 de 149, nada envidiable. No obstante, si bien las mujeres han logrado cambios importantes, todavía les falta recorrer un largo trecho para alcanzar el sitial que le corresponde de acuerdo a su esfuerzo y dedicación. ADS/377/11/03/2021