Ante la crisis del reparto público, el presidente Daniel Ortega está pagando un alto costo político por disponer que los trabajadores nicaragüenses paguen más, para recibir menos Hace 10 años, en el 2007, el sistema previsional nicaragüense contaba con un superávit de 1,000 millones de córdobas y seis años después, al concluir el 2013, el mismo ya se había esfumado, debido a una nómina de pensionados y jubilados creciente que ya consumió las reservas financieras y supera los ingresos percibidos. Para continuar pagando las pensiones, y evitar crecientes presiones sociales, cada mes el gobierno tiene que poner la diferencia, la cual ha ido creciendo, al grado de constituirse en un desequilibrio macroeconómico difícil de manejar en las actuales circunstancias. Actualmente, el gobierno se enfrenta a una situación social muy delicada, y a la presión del Fondo Monetario Internacional (FMI), cuya receta tradicional consiste en ajustar las finanzas públicas, para garantizar [Seguir Leyendo...]