Nadando contra la corriente

Mientras el mundo enfrenta el nuevo brote recrudeciendo las restricciones, nosotros apostamos a la reapertura económica, a pesar del alto costo sanitario, esperando contar pronto con una vacuna que contenga la propagación del Covid 19

Ante un rebrote muy preocupante, nuevamente las autoridades cambian las restricciones para enfrentar el COVID 19. Se redujo el toque de queda y se ampliaron las horas de libre circulación, complaciendo grupos económicos y trabajadores por cuenta propia afectados, seriamente afectados durante nueve meses.

Lo que más llama la atención es que el Gabinete de Salud, que coordina Raquel Peña, vicepresidenta de la República, justificó esta nueva flexibilización señalando que las autoridades nacionales han reducido la tendencia de la curva de los infectados por la pandemia.

Y esa justificación se plantea a pesar de que el propio Ministerio de Salud Pública y los medios de comunicación reportan los resultados más críticos desde el 19 de marzo: en los últimos 8 días, entre 1,300 y 2,000 infectados diarios y 108 fallecidos, una media de 13 diarios. Ya se detectó la nueva cepa del COVID19, con un 70% más de propagación y letalidad.

Por eso decimos que las autoridades de salud están nadando contra la corriente, ya que mientras la gran mayoría de las naciones europeas y de los Estados de Norteamérica, están restableciendo las viejas restricciones, aquí apostamos a una apertura sin estar preparados para eliminar los privilegios de minorías y la indisciplina de arriba y de abajo.  

Además, se nada contra la corriente al pretender “reactivar” la industria turística, en un momento en que el resto del mundo restringe los viajes, estableciendo controles tanto a la llegada, como al retorno al país. La oferta de seguro de salud gratis, en nada compensará el alto riesgo de viajar, salvo que se trate de una necesidad imperiosa.  

Las vacunas no van a eliminar el Covid19, sólo a contener su impacto mortífero

Lo cierto es que, cada vez crecen las críticas contra la flexibilización pura y simple. El Colegio Médico Dominicano (CMD) y sus 30 sociedades especializadas la cuestionan advirtiendo que el sistema sanitario podría colapsar, debido a una mayor reapertura sin contar con la debida supervisión del cumplimiento de las normas sanitarias establecidas.  

Cada vez resulta más evidente que la estrategia de las autoridades es completar la apertura de todas las actividades económicas, en interés de dinamizar la economía y generar mayores empleos e impuestos, a sabiendas que ello aumentarán las infecciones y las muertes, con la esperanza de una vacuna salvadora que contenga finalmente el proceso de contagio.

Pero esta estrategia debe considerar la advertencia del director de emergencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de que “las vacunas contra el coronavirus no servirán para erradicar el Covid 19, sino para reducir la mortalidad y las infecciones graves que terminan en hospitalizaciones”.  

Hace una semana el presidente Abinader planteó la necesidad de un pacto nacional para enfrentar la crisis sanitaria. Aunque se desconocen los detalles, parece una oportunidad de definir una estrategia general y así poder lidiar mejor frente a las presiones sectoriales una de reabrir y otras de restringir las actividades.   

En la Fundación Seguridad Social para todos (FSSPT) siempre hemos considerado que una concertación nacional es lo más aconsejable, por tratarse de una amenaza general muy peligrosa, cuyo combate presupone un equilibrio dinámico entre la protección de la salud de todos y la reactivación de la economía, un equilibrio que requiere de sacrificios que, inevitablemente, afectan a todos los sectores de la vida nacional. ADS/371/28/01/2021

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